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viernes, 7 de septiembre de 2018

Javiera Mena, una dualidad mitológica

Por Isabella

La compilación de temas que tocan las letras de Javiera Mena podrían construir la escaleta de un podcast para apasionados del misterio: viajes astrales, piedras mágicas, escaleras infinitas, oráculos, espejos y océanos interiores por los que el espíritu navega como en una alegoría mística. Y es que la cantante ama la mitología, lo metafísico y lo esotérico.

Javiera Mena presentó, hace unos días su quinto álbum titulado: Espejo, aunque vendría siendo el primero con la colosal discográfica, Sony. Respecto a este cambio asegura que la diferencia es eminente, principalmente en el cambio de escala de la promoción y el respaldo. No ha así en la producción que continúa tan personal y meticulosa como siempre, desde su rompimiento en aquel Esquemas juveniles del año 2006. La cantante es objeto de estudio, pues sus canciones en español de pop electrónico con ambientes oníricos, se baten entre el orgullo millennial y la añoranza de una época en que los triunfos no se arqueaban en visualizaciones de Youtube, sino en la venta de discos y actuaciones televisivas.

La cantante ha sufrido en carne propia el desprecio por su orientación sexual, alegando que la homofobia al estar mal vista, sucede a puerta cerrada. Es consciente de que algunas agencias la han descartado por tal motivo, incluso admite haber oído “no queremos lesbianas”. Pero no es para ella un freno. Su música se mueve en la dualidad entra la nostalgia por la década de los 80 y el deseo de mantener la distancia, una cualidad evidentemente metafísica. A lo que se refiere: “Me siento parte de la última generación aburrida, una bisagra entre los millennial y la generación X.” Para producir su álbum anterior, Otra era (2014), Mena se valió de un mecanismo colaborativo de financiación de proyectos; el crowdfunding y conjuntamente de un equipo prioritariamente femenino.

Gesto que demostraba el alza del empoderamiento femenino que comenzaba a surgir en ese período. Quería mostrarse como una mujer con voz y capacidad de dirección. Su actuación en Viña del Mar en el año 2016, fue descrita por la prensa como demasiado vanguardista para el público presente, que reaccionó con cierto despego. Anhela que el público chileno entienda su música y se identifique con ella, porque no piensa cambiar su estilo propio.