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lunes, 3 de septiembre de 2018

De no tener un duro a un modista innovador y lucrativo

Por Isabella

Hace tan solo una década, Joel Álvarez no tenía apenas dinero. Este hijo de cubanos, nació y creció en Miami, sin embargo el país de los sueños no le dio precisamente una infancia anhelada. El joven tenía que dormir en su coche, para que el dinero le alcanzara para comer y pagar las deudas. Pero un día la magia se hizo y con solo una caja, una cámara, y una cinta su vida dio un giro de 360 grados.

La caja la encontró en casa de su abuelo con un pequeño tesoro, 1.500 dólares. El dinero bastó para pagar sus deudas y hacerse de una cámara con la que emprendió en la realización de reportaje, para de esa forma salir hacia adelante. Poco a poco, por sí mismo fue aprendiendo el oficio. Durante una sesión la modelo le insinuó que usara cinta aislante para su última foto.

La idea aunque le tomó por sorpresa, le pareció brillante y se alentó a hacerlo. Ese pequeño consejo prendió la llama de lo que actualmente es The Black Tape Project. Tal hazaña le abrió puertas permitiendo que Álvarez colaborara con significativas marcas de moda, desde la playa Nikki Beach hasta Playboy, Bacardi, Rolex, el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1 o el Festival de Cine de Cannes. A día de hoy ha dado con una técnica que deja boquiabierto al mundo y que, gracias a su gran atractivo visual, arrolla en Instagram.

Joel Álvarez decora con cintas doradas, plateada o en tonos rosas o azulados, el cuerpo de las modelos. Desde disímiles grosores que refuerzan las dotes de cada cuerpo, haciéndoles lucir un precioso bikini. La innovación y creatividad tuvo una oportunidad de darse a conocer de cerca en el desfile de la Semana de la Moda de Baño de Miami. Estos diseños son, a día de hoy, la sensación de las redes sociales por constituir coloridos proyectos que apenas emplean tela. Zuleyka Rivera, ex Miss Mundo, decidió llevar esta línea para la portada de una revista.

Tal fue la aceptación que se comenzó a comercializar las cintas adhesivas. El objetivo es que cada usuario pueda crear su propio diseño. Los precios de las cintas delgadas alcanzaron los veinticinco dólares y la gruesa cincuenta. Del dinero recaudado se puso donar una suma considerable a una asociación que apoya a los niños a adquirir becas de estudio y material escolar. Una caja pequeña fue el detonante del imperio de cintas aislantes.