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miércoles, 13 de junio de 2018

Cuando La Luna aun no era luna

Por H_player36

Luego de décadas de exploraciones y estudios, varias son las hipótesis sobre el origen de nuestro satélite natural, pero ninguna de ellas ha podido demostrarse. Ahora, otra teoría interesante se suma, y en esta ocasión se trata de una que implica un fenómeno que ningún experto ha visto: la sinestesia.

Incluso luego de décadas de exploraciones y estudios, aún el origen de la Luna sigue siendo un misterio. Varias son las hipótesis sobre el origen de nuestro satélite natural, y lo cierto es que nunca se ha podido probar ninguna de ellas. Ahora, otra hipótesis se suma, una que implica un fenómeno que los astrónomos no han divisado nunca: una sinestesia.

Según reza la teoría más popular sobre la formación de la Luna, este satélite es el resultado de la colisión de un objeto de gran tamaño (se supone que sea del tamaño de Marte o mayor) llamado Theia. La suposición indica que el impacto debió ser tan brutal, que puso en órbita toneladas de polvo y roca que se fueron mezclando hasta formar la Luna. De hecho, en 2014 se publicó un estudio que “demostraba” que la composición química de la Luna coincide con las de Theia.

Una hipótesis menos dramática señala que la Luna simplemente era un objeto que se formó en el disco de acreción del que nacieron otros planetas rocosos que componen el Sistema Solar y que la Tierra logró capturarla por su propia gravedad. Otros estudiosos coinciden en que la Tierra y la Luna formaban un sistema binario desde el comienzo.

La astrónoma Sarah Stewart y su equipo en la Universidad de California defienden una teoría bastante similar a esta última, pero que incluye otro objeto que nuca ha sido visto: la sinestesia.

Este término define lo que sucede cuando dos planetas del mismo tamaño colisiona de manera violenta. En dicho caso, los materiales de ambos formarían una enorme nube de roca vaporizada y fundida, que estaría girando a gran velocidad, en forma de rosquilla. La nube podría durar unos 100 o 200 años, plazo en el que se va enfriando y los materiales se cohesionan, para formar un planeta nuevo.

La hipótesis parte de una idea que la propia experta planteo en 2017, junto al astrónomo Simon Lock, de la Universidad de Harvard. Según señaló la estudiosa, aún quedan años para seguir calculando y demostrar la teoría que se esboza, y con suerte, observar una sinestesia como la que se plantea.