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miércoles, 30 de mayo de 2018

Los ninis en Cuba

Por Sofía

Trabajo y juventud constituyen dos elementos sumamente importantes que presentan una repercusión significativa en las dimensiones social, política y económica de cualquier sociedad. En primer lugar, porque la juventud constituye un indicador de lo que puede ser la sociedad en el futuro, a la vez que se instituye como la fuerza de trabajo fundamental, tanto a nivel intelectual como manual, del presente de las sociedades. Nuestra sociedad no escapa de esta dinámica, ya que la situación de la juventud en los diversos espacios en los que participa, educativo, laboral, recreativo, etc. siempre se ha tenido en cuenta en el diseño y ejecución de la política social cubana.

El trabajo se define como aquella actividad mediante la cual el actor aporta su contribución a la sociedad con su fuerza de trabajo, a la par que puede lograr su autorrealización personal, superándose profesionalmente y aportando a la sociedad. También representa un espacio de socialización que permite la integración de los sujetos y la coherencia social entre los diferentes grupos. La juventud puede ser definida desde diferentes perspectivas en relación a la edad, las actividades que realizan o las situaciones por las que se atraviesan en esta etapa, como la inserción en el mercado laboral o a la educación superior.

La inserción laboral de los jóvenes en nuestro país, desde edades tempranas se ve amparada por el actual código de trabajo, Ley No.116, de nuestro país que presenta un capítulo especialmente dedicado a la protección laboral de los jóvenes que se encuentra entre las edades de 15 a 18 años. Donde se les protege jurídicamente con el fin de lograr su desarrollo integral. Entre otras medidas se les facilita su capacitación y preparación para desarrollar en condiciones óptimas el trabajo, así como, le brinda una seguridad social que va conformando el fruto de su esfuerzo. En las investigaciones sobre juventud, los propios jóvenes señalan que la cuestión principal no es tanto el acceso al empleo, la capacitación o las políticas sociales como tal; sino más bien la reevaluación del salario que se obtiene por el trabajo y la recuperación de su capacidad para satisfacer sus necesidades. Aunque, esta es una cuestión que no solo atañe a los jóvenes, sino también otros grupos sociales insertados en el trabajo, en nuestro contexto nacional.

En el caso de los que no estudian, ni trabajan, los llamados ‘’ni ni’’, no han alcanzado el suficiente interés por encontrar un empleo, ya que, entre otras razones, los desequilibrios financieros le permiten obtener ganancias materiales, que posibilitan su supervivencia sin tener que trabajar. En este sentido es necesario comprender el empleo no solo como la fuente de riqueza material sino también como ‘’un de los espacios más importantes de inserción social que presenta el individuo como herramienta de socialización.

En la primera década del presente siglo se desarrollaron una serie de programas dedicados a la inserción laboral y educativa de los jóvenes, producto de la ‘’Batalla de Ideas’’. Para su conformación se tomó en cuenta el número considerable de jóvenes desocupados y desvinculados de las actividades educativas y laborales, por lo que estos programas se han convertido en beneficiosas oportunidades para la incorporación de los jóvenes al estudio y el trabajo.

Estos programas, a pesar de su corto tiempo de existencia comenzaron a revertir algunas de las tendencias que predominaron años anteriores y se redujo significativamente la desocupación y desvinculación juvenil. Sin embargo aún quedan retos y desafíos en cuanto a la integración, ya que actualmente existen numerosos jóvenes que no estudian, ni trabajan, ni tienen un oficio que ocupe su tiempo, contribuya a su realización personal y también sea de utilidad para la sociedad en que vive. Es necesario por tanto una revisión de las políticas sociales con respecto al trabajo y la educación con el objetivo de conformar nuevos programas que estimulen a los jóvenes que tener un proyecto de vida diferente. Programas también de capacitación que faciliten la continuidad de sus estudios para posteriormente obtener mejores oportunidades de empleo y mayores posibilidades de movilidad en el mercado laboral. La situación de ‘’los nini’’ resulta de igual forma una de las causas de la delincuencia en estas edades porque no tienen o no conocen otros medios para satisfacer sus necesidades. He aquí la necesidad y la urgencia de estas políticas.