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lunes, 16 de julio de 2018

El diálogo antes que la huelga

Por Camila.Mayo

El temor de que el conflicto actual se convierta en un asunto de mayores proporciones llevó al Gobierno de Chile a pedirle a los trabajadores y a la Minera Escondida, que dialoguen y alcancen un acuerdo en el proceso de negociación colectiva. Lo que pretenden evitar es que se produzca una huelga en la mayor productora privada de cobre, algo que pudiera afectar a la economía del país.

El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, insistió en la necesidad de un acuerdo y dijo a los medios locales que esperaba que como siempre en estos procesos se llegue a un entendimiento entre las partes, mediante el diálogo, la negociación y conversación. Es del interés de ellos mismos, pero también del país, precisó Larraín, quien también añadió que puede que esas negociaciones tomen un tiempo, pero que no por ello deben desistir, por el contrario, deben abrirse las instancias para alcanzar un acuerdo entre los trabajadores y la empresa.

El conflicto se tensó cuando el pasado 13 de julio el sindicato, de 2 500 trabajadores, desestimó la última oferta de la minera, perteneciente a la empresa australiana BHP Billiton, por considerarla insuficiente. La misma incluía un aumento salarial e involucraba bonos y un préstamo por un total de 15,5 millones de pesos por trabajador (unos 23 900 dólares). Además preveía mejoras en beneficios ya existentes, todo sobre lo cual el sindicato debía responder antes del 17 de julio, y firmar el nuevo contrato colectivo este mismo mes.

Pero el sindicato demanda un bono equivalente al 4,0 % de los dividendos pagados en el 2017 por la compañía a sus accionistas, lo que supone unos 25,9 millones de pesos (unos 39 850 dólares) por trabajador, eso unido a un aumento salarial del 5,0 %.

Según un reporte de la agencia EFE, la empresa y el sindicato tienen plazo legal hasta el 24 de julio para lograr un entendimiento y evitar la huelga, justo lo que temen las fuerzas gubernamentales, quienes todavía recuerdan la ocurrida en el primer trimestre de 2017, que duró 44 días y fue suspendida sin que las partes alcanzaran un acuerdo, bajo la condición de que el sindicato extendiera el contrato colectivo por 18 meses, tiempo en el cual esperaban llegar a algún arreglo entre las partes.

El portavoz del sindicato, Carlos Allendes, manifestó que la empresa no ha querido escuchar a los trabajadores y que pretende imponer una propuesta engañosa, la cual formula además con una pistola en la cabeza.