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domingo, 24 de junio de 2018

Parar la desertificación de México

Por DissyAM

Del cambio climático se ha hablado mucho, pero sobre todo vinculado al incremento de las temperaturas y del nivel del mar. Sin embargo existen otras aristas de este fenómeno que también impactan en la naturaleza y la cotidianidad, tales como los prolongados periodos de sequía y la ampliación de las zonas desérticas. Sobre este último aspecto alertó el experto del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES) de la UNAM con sede en Morelia, Felipe García Oliva.

México tiene un problema serio de desertificación con amplios episodios de sequía, señaló el investigador, para enfrentar esta dificultad se requieren acciones simultáneas a escalas local y global, apuntó. En detalle el científico se refirió a que las superficies áridas ocupan el 41 por ciento de los continentes y albergan al 34.7 por ciento de la población mundial, pero, de acuerdo con las proyecciones realizadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el problema avanzará hacia zonas húmedas y debe intensificarse en las semiáridas, elementos que han llevado a considerar como alarmante el escenario para el 2070.

La desertificación –consideró– se debe analizar como un asunto a escala global y vinculado al cambio climático, las variaciones en los regímenes de precipitaciones y los cambios en las temperaturas; mientras que a nivel local deben añadirse los estudios del impacto de la explotación de las tierras, de la urbanización y otras cuestiones que tienen una incidencia directa, pero que varían de un sitio al otro.

Sobre este proceso abundó que la ONU lo define como la degradación de la tierra en las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, lo cual es causado principalmente por la actividad humana y las variaciones climáticas. Asimismo, apuntó que los ecosistemas de zonas secas son en extremo vulnerables, de ahí que estas interacciones impacten en diversos procesos como la compactación y erosión de suelos, también dejan su huella en la salinización, la reducción de la fertilidad natural, la reducción de la biodiversidad y hasta la invasión de especies vegetales, pues al cambiar las condiciones del entorno se abren a la presencia de nuevas especies que transforman los ecosistemas.

El cambio climático es un hecho, advirtió el investigador mexicano, pero lo más alarmante es que las emisiones y las temperaturas están por encima de los escenarios más negativos que se pronosticaron años atrás. Por esta razón el experto urgió a que se tomen acuerdos a escala local y global para reducir este efecto del cambio climático.