Expresividad con nosotros mismos
Además de los cinco sentidos, existe un registro sensorial que se alberga en el mismo cuerpo, aquello que visualmente se capta. Al presenciar algo que impresiona o llama la atención, ya sea trágico o extraordinario: ante un accidente, una enfermedad o un casamiento, en el cuerpo se produce una sensación distinta, no definible.
Es difícil describir por qué si solo lo vemos a través de la vista el cuerpo experimenta multitud de sensaciones. Cuando la persona observa determinado elemento que le impacta y emociona, no sólo puede ver con la vista sino con todo el cuerpo. El cuerpo es algo propio y como tal, posee un registro sensorial, permitiendo hacer sentir en su totalidad no sólo en una parte. Al dibujar una figura humana, se está delineando el propio cuerpo; al igual que cuando se hace la representación, casi siempre existe algún rasgo por el cual podría identificarse como autorretrato.
Si se pide a una persona que dibuje una figura humana, las proporciones que va a utilizar van acorde con su mismo cuerpo. Si tiene un problema en un brazo, encontraremos una alteración en el dibujo que hizo: o más flaco o torcido. Si tiene algún problema neurológico, puede dibujar la cabeza de alguna manera o forma especial. Por supuesto que no es un dibujo consciente, la persona no sabe que se está dibujando a sí mismo. Al apreciar distintas obras de los artistas, se advierte que existe un patrón que las aúna. Cada autor tiene una manera inconfundible de plasmar su obra, aunque tenga muchos ciclos en su pintura siempre se es capaz de identificar al autor en ellas.
Cuando la persona elige dibujar un tema determinado, no hace más que registrar cómo se ubica ella en el mundo, cómo es ese mundo y cómo se siente en él. Cualifica en el dibujo el propio registro y modelo, sin saberlo, en qué mundo está y cómo lo siente. Lo que la persona siente es un registro visual selectivo del mundo, la selección que realiza inconscientemente de ese mundo y no hace más que ponerlo en evidencia, como decía Picasso “No busco, encuentro”.
Cuando se aprecia el mundo, siempre se hace registrando en función a uno mismo, al punto de vista propio, al sistema de significaciones y a la sintaxis particular. Cada cosa que se exprese, sea en una actuación, en un escrito, en una canción, en una pintura o en cualquier obra creativa lleva la personalidad de quien la escribe, expresa su mundo, su ser.