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miércoles, 5 de septiembre de 2018

Temo a mi vejez, y no por las arrugas

Por Isabella

José disfrutaba de ver a su abuela coser. Las posiciones de la vieja máquina de coser, ya se le notaban en el cuerpo sin mencionar los dolores intensos en las articulaciones. Aquella máquina vieja que conocía a la perfección comenzaba a ser inapropiada para ella. José decidió entonces comprar una máquina moderna que no implicara mucho esfuerzo físico, pero no fue muy positivo el resultado.

Las máquinas actuales para coser, dejaron de ser el pesado artefacto con rueda y palanca que requería de gran esfuerzo físico para convertirse en un instrumento liviano que solo requiere de acciones manuales. Hasta aquí parecería perfecto, pero la abuela de José a penas la utiliza. Será porque no le agrada, será que ya la costura le deja de gustar. No lo creo, resulta que la abuela no encuentra similitudes con su máquina vieja, los botones e indicadores le resultan totalmente nuevos y no se siente cómoda.

Una profesión que conocía al dedillo se hace compleja ante sus ojos, el hilo lo conoce, la tela sabe manejarla pero la máquina, esa no. Ocurre que la realidad actual implica nuevos cambios, la ciencia y la tecnología andan a piernas sueltas, por lo que cada vez son más las sofisticaciones de los aparatos permitiendo realizar un mayor número de operaciones en un menor tiempo. Principio que en el plano económico parece perfecto pero no a toda la sociedad se le ajusta.

Millones de autores han planteado el problema del avance tecnológico y los portadores de funciones en los objetos cuyo sector prioritario son las personas de la tercera edad. Cientos de abuelas, han tenido que dejar su hobby de la costura porque las máquinas obsoletas, su cuerpo ya no las sobrelleva y las modernas son tan complejas que hacen del trabajo algo extenuante.

Es cierto que los productos modernos están destinados para fines puramente industriales, pero la producción y el diseño no solo consiste en una finalidad de lucro, sino en una solución a las necesidades humanas. Será que no son capaces de ver que existe un espacio dentro del mercado mundial donde se le puede dar cabida ampliamente al diseño de productos, maquinarias incluso espacios para un sector social que va en aumento. Ojalá y en mi futuro pueda manejar aquellas cosas que hoy me parecen sencillas y que quizás mañana se complejicen.