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miércoles, 5 de septiembre de 2018

El ritmo de una sociedad afana en Chile

Por Isabella

La economía se ha convertido en la condición que regula el mundo. Sin dinero no somos capaces de alimentarnos, vestir, tener un lugar donde vivir e incluso no somos capaces de conservar nuestra salud. Todo hoy tiene un costo incluso la diversión tiene un precio, el trabajo que antes era la actividad social más importante, hoy parece una obligación.

El trabajo por siglos fue la oportunidad de crecer como persona, de interactuar con el mundo, de hacer un bien propio y común. Sin embargo muchas personas hoy no pueden permitir amar su trabajo, no hay tiempo ni siquiera para caer en que estamos en el lugar que por siglos soñamos. Pasamos toda una vida estudiando para algún día poder ocupar el empleo que condujo todos nuestros impulsos y el miedo a fallar no hace mecánicos, o la necesidad de dinero nos hace sobre cumplir horarios para alimentar a todos en casa. Ya ese sueño comienza a parecer diferente de como en algún instante lo planeamos. Entonces que somos, seres que trabajan para hacerse de una economía que les permita sobrevivir y mantener el hogar. Si por un instante comenzáramos a entender el mundo como algo más que eso volaríamos.

Hay por ahí quien dice que de los sueños no se come. Es cierto, los sueños deben ir parejos de las cualidades y capacidades de cada uno. Sino solo seremos unas simples almas vagantes. La sociedad chilena debe ser más que eso, más que cerebros con eterna necesidad de disfrute. El camino de la casa al trabajo es el mismo, las personas son las mismas, pues busquemos en cada viaje la diferencia. El trabajo es el mismo, el volumen va en aumento, pues toma tu tiempo libre, acepta que no siempre da tiempo, que hay días peores y mejores.

No pasa nada por disfrutar, solo serás un mejor trabajador y harás la diferencia. Las oficinas actuales se convierten en una orquesta de toques de teclas mientras se escriben los apuntes del día. Concéntrate en eso, no siempre se escribe lo mismo, por lo que los acordes cada día serán diferentes. Los detalles diferentes son difíciles pero uno mínimo que escuches te hará salir de esa realidad cotidiana que acaba con los deseos de salir cada día a vivir la vida trabajando.