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martes, 4 de septiembre de 2018

Dormir, un hábito esencial

Por Isabella

Soñar es la acción que más nos gusta, disfrutamos de estar en un mundo idílico en el que no importa lo que pase porque una vez que despertemos todo se irá. Pero la actualidad nos lleva a dormir al mínimo y a veces ni alcanzamos el estado del sueño profundo, etapa en la que comienza a descansar nuestro cuerpo.

Como mismo se establecen horarios de alimentación, ejercicios y trabajo, hay que tener un orden para organizar los períodos de descanso. Es imprescindible dormir ocho horas pero además, mantener el mismo horario de ir a la cama y despertar, para que el cuerpo se adapte. De no ser así ocurrirían trastornos que desestabilizan nuestro bienestar. Un caso típico, que ocurre con frecuencia, principalmente en los adolescentes, es el poner cualquier programa televisivo hasta que con el esfuerzo de la vista concilie el sueño. Sin embargo, esto es perjudicial, el cuerpo no descansa y con el tiempo lejos de mejorar solo se vuelve una dependencia. No se trata de impedir a los jóvenes trasnochar. Una que otra vez está bien distraerse. El objetivo es inculcar que es necesario establecer horarios de sueño, para alargar nuestra vida y potenciar la vitalidad del cuerpo.

La irregularidad en el horario de sueño incluso puede hasta llegar a provocar daños sicológicos. El estrés aumenta y el cuerpo no descansa lo necesario por lo que la mente no encuentra claridad en las ideas. Alucinaciones, mareos, desorientación pueden ser algunos de los efectos de no respetar los horarios de sueño. Incluso puede llegar a ocurrir trastornos muy graves que ocasionen la muerte. Un tema que para muchos tiene poca importancia, es el centro de nuestra vida. Sin descanso no tenemos la fuerza necesaria para enfrentar el día. En una actualidad que requiere esfuerzo y trabajo sistemático para sobrevivir, donde en la agenda no cabe espacio para más es necesario recargar las baterías. Solo resta ser consciente de la importancia de inculcar a las nuevas y viejas generaciones cada uno de estos aspectos, para que la sociedad lo comprenda tal y como es, una necesidad vital. Las tardes pueden llenarse con una horita de descanso, aunque no se llegue alcanzar el máximo esplendor, el cuerpo libera un tanto el estrés para continuar el día.