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martes, 26 de junio de 2018

Los riesgos de vivir con smog

Por DianaLeon

Indudablemente las caminatas son aconsejables para mantener el buen estado físico y mantenernos en forma, incluso si no queremos hacer actividades físicas más fuertes. Sin embargo, en aquellos lugares en los que el aire está lleno de smog, esta opción podría ser más bien un riesgo para la salud. Esto fue determinado por un nuevo estudio británico, que sugiere que los efectos malsanos de respirar aire contaminado podrían ser mayores que cualquier beneficio que ofrececaminar a diario. El smog es una forma de contaminación que se producepor la combinación del aire con contaminantes por un largo período de altas presiones, provocando el estancamiento del aire y la permanencia de estos en la troposfera y la estratosfera, debido a su mayor densidad.

Según explicó el investigador líder del estudio, el Dr. Kian Fan Chung, del Instituto Nacional del Corazón y los Pulmones del Colegio Imperial de Londres, con frecuencia, el único ejercicio que pueden hacer muchos, como los adultos mayores o las que tienen una enfermedad crónica, es caminar, pero suinvestigación sugiere que se podría aconsejar a las personas que caminen en espacios verdes que se encuentren alejados de las áreas urbanizadas y la contaminación del tráfico. Sin embargo, para aquellos que viven en áreas marginadas, esto podría resultar difícil, y tener un costo adicional si tienen que desplazarse más lejos de donde viven o trabajan.

El estudio fue publicado en la edición del 5 de diciembre de la revista The Lancet, y en este participaron 119 adultos de a partir de 60 años de edad. De estos, 40 estaban sanos, 40 estaban siendo tratados por enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), y 39 estaban por enfermedad cardiaca. Ninguno de los 119 era un fumador actual.

Para el estudio, a cada participante se le asignó al azar caminar durante dos horas: en una zona tranquila de un parqueo en una calle con mucho tráfico. Posteriormente, en un lapso de entre 3 y 8 semanas, los voluntarios cambiaron el lugar de las caminatas.

Los investigadores evaluaron los niveles de contaminantes aéreos vinculados al tráfico, antes y después de cada caminata, tales como el carbono negro, la materia particulada y el dióxido de nitrógeno. Además, evaluaron la función pulmonar y la salud cardiaca de los pacientes.

En lo relativo a los resultados de las pruebas, caminar en el parque mejoró la capacidad pulmonar y alivió la rigidez de las arterias de los pacientes durante un rango de hasta 26 horas. Sin embargo, para aquellos que caminaron por calles concurridas, el ejercicio reportó menos beneficios para los pulmones y se vinculó con un endurecimiento de sus arterias. De acuerdo con los especialistas, esto se deba probablemente a una mayor exposición al hollín del carbón y a otros contaminantes del aire asociados con el escape de diesel.

En aquellos pacientes con EPOC, los efectos fueron incluso más notables, pues desarrollaron bloqueos en las vías respiratorias pequeñas provocándoles tos, respirar con sibilancia y sentir falta de aire.

Por su parte, aquellos con enfermedad cardiaca también presentaron un mayor endurecimiento de las arterias si no tomaban medicamentos para controlar la afección. Esto sugiere que la medicación podríaservir para aliviar los efectos nocivos del aire lleno de esmog en estas personas.

En ese sentido, Chung señaló que tomar medicamentos que mejoran la rigidez de las arterias, tales como estatinas, inhibidores de la ECA y bloqueadores del canal del calcio, podría reducir los efectos de la contaminación atmosférica en las personas con enfermedad cardiaca isquémica. Los investigadores también aconsejan que donde sea posible, los adultos mayores caminen en parques u otros espacios verdes, lejos de las calles concurridas.

El coautor del estudio, Junfeng Zhang, profesor de salud global y ambiental en la Universidad de Duke, dijo que las implicaciones del estudio para las políticas de aire limpio son claras, pues su investigación amplía las crecientes evidencias que evidencian los impactos negativos cardiovasculares y respiratorios incluso de exposiciones cortas de solo 2 horas a la contaminación del tráfico motor. En ese sentido, los investigadores señalaron que su investigación resalta la necesidad de establecer límites más estrictos para la calidad del aire y mejores medidas de control de tráfico en las ciudades.

Aunque el estudio se realizó en Londres, el experto en salud respiratoria Len Horovitz, especialista pulmonar en el Hospital Lenox Hill, de la ciudad de Nueva Yorkde Estados Unidos, señaló que es probable que los hallazgos apliquen en todos sitios.

Añadió que no es sorprendente el hecho de que las calles contaminadas por el tráfico pudieran contrarrestar los efectos cardiorrespiratorios de caminar para los adultos mayores. Es por ello que aconsejó que este grupo, que también podría sufrir de EPOC, evite caminar en las horas pico del tráfico, y el ejercicio bajo techo podría ser más preferible y seguro.

En lo relativo al estudio, aunque la muestra es pequeña, se evidencia la necesidad de una acción agresiva para revertir el daño que la contaminación está causando.